España gana su tercera Davis en la olla argentina

Pues sí, contra todo pronóstico y en medio de un ambiente infernal, más futbolero que tenístico. 

Celebro haberme equivocado estrepitosamente.

Este es, sin duda, el año de oro del tenis español, y quizá el año de oro del deporte español. Disfrutemos, porque esto no se va a repetir en mucho tiempo. 

Verdasco y Feliciano López han sido los héroes de la final, pero no hubiéramos llegado hasta ahí sin la aportación de jugadores como David Ferrer, Nicolás Almagro y, por supuesto, Rafa. Y es que lo mejor de todo, por encima casi de la victoria, ha sido la sensación de equipo, de grupo, que ha vuelto a dar España. Exactamente igual que ocurrió en la Eurocopa de fútbol. O en cualquiera de los éxitos cosechados por la selección española de baloncesto.

Parece que por fin vamos aprendiendo algo en este país de egos e individualismos mediterráneos.

Perdón y gracias, Rafa

No es el más talentoso, ni el más técnico, pero es el más fuerte tanto física como psicológicamente. Por eso va a entrar en la historia ganando Wimbledon nada más y nada menos que frente a Roger Federer. 

Un mal día dejé caer, insidiosa y malintencionadamente, la sospecha del dopping sobre Rafa Nadal. No hay nada más mezquino que una acusación sin pruebas. Por eso he esperado hasta hoy, el día más importante de su carrera, para retractarme públicamente por aquel comentario.

Además de disculparme, también quiero darle las gracias. Aunque en realidad, creo que todos deberíamos estarle un poco agradecidos. Rafa está dando al mundo la mejor imagen de España. Noble y respetuoso, es tan elegante en la victoria como en la derrota. Sencillo y humilde, nunca ha ocultado su admiración por Federer, para quien siempre ha tenido una palabra de cariño cuando le ha ganado en la arena de París.

Dice mi amigo Alfredo que Nadal es el mayor ganador del deporte español. Yo creo que es el mayor y el mejor ganador.

 Por todo eso, pase lo que pase hoy, mucha suerte y muchas gracias, Rafa.

El brazo de Rafa Nadal

Tengo la sensación de que si Rafa Nadal no fuese español estaríamos todo el día diciendo: «este tío se dopa fijo«. Desconozco la reglamentación deportiva y por tanto no sé qué sustancias están permitidas y cuáles no. No seré yo, desde luego, quien acuse a nadie sin pruebas. Pero una cosa tengo clara: esto no es natural